En AMEB creemos que las personas🧑🧑🧒🧒 son el centro de todo lo que hacemos.
Sus historias, vivencias y emociones nos inspiran, nos enseñan y nos recuerdan nuestra misión🎯 y valores✨
Soci@s, familias, profesionales, voluntari@s... su experiencia como parte de nuestra gran familia nos impulsa a seguir adelante🚀
Porque cada historia es única, y cada persona, cuenta.
Hoy escuchamos el testimonio de la familia Vázquez Sánchez, que nos cuenta cómo fue su experiencia cuando acudieron a nuestro Centro de Atención Temprana por primera vez. Muchas gracias🙏 por compartirla🥰
"No estaba preparado para el día que llegó Leo. No importa lo que hayas oído, ningún padre está preparado para ello. Me imaginé que las cosas serían aun más difíciles cuando vi a cuatro enfermeras tocando ese bultito en su espalda. Un par de horas más tarde, añadí una palabra nueva a mi vocabulario, lipomeningocele. Esa noche descubrí que ese era el disfraz de otra palabra más familiar, espina bífida.
Mi esposa y yo nos aferramos durante meses a la esperanza de una "cura" milagrosa. La familia y amigos cercanos tampoco ayudaban, nadie quería afrontar que no había nada que curar.
Fue Sara la que empezó a buscar información por internet. Gracias a eso, dimos con la AMEB.
Recuerdo nuestra primera visita. Cómo pudimos desahogarnos con ellas y cómo Montse y Gemma quitaron hierro a la situación. No iba a ser fácil, pero tampoco el fin del mundo. Pudimos conocer también a otros socios que hacían una vida perfectamente normal y que, solo con su ejemplo, enseñan a quienes les rodean.
Durante este último año y medio he visto crecer a mi hijo, cada vez más sano, más sonriente. La ayuda de Cristina y Ana ha logrado que Leo sea más autónomo, y la constante atención de Begoña, nos ha abierto puertas que no sabíamos ni que existían.
Sin la ayuda de la asociación, estoy seguro que este camino hubiera sido mucho más difícil y solitario."